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James Leninger, Niño de 11 años que dice de ser un piloto que murio en la segunda guerra mundial

James Leninger es un niño de 11 años que parece recordar la vida de un piloto que murió en la Segunda Guerra Mundial. Desde muy pequeño James mostró un sobresaliente interés e incluso conocimiento por los detalles técnicos de la aeronáutica militar. Esto llevó a sus padres a preguntarse de dónde obtenía esa información. Poco a poco James empezó a revelar datos de la vida de un piloto que había muerto en la Segunda Guerra Mundial bajo el fuego de la artillería japonesa, James Huston II. El joven James incluso le dijo a sus padres que él era este hombre.  Esto motivó a los Leninger a investigar la vida de este piloto y a llevar a James con los familiares del piloto muerto a quienes según ellos reveló datos que  no podría conocer de otra forma más que compartiendo conciencia con Huston. Además, la familia Leninger llevó al pequeño James a Japón, a la zona en la que había muerto Huston.

De niño James había dibujado su muerte y escenas de guerra en numerosas ocasiones. Después de visitar la zona de su fallecimiento, James dibujó la misma escena solo que en paz, con unos delfines en el agua, el sol en el cielo: aparentemente habría sanado su psique y sus procesos psicológicos pendientes.

La historia de James Leninger, el niño en el que aparentemente reencarnó el piloto James Huston ha sido documentada en el libro Soul Survivor.

El bioquímico y profesor de psiquiatría canadiense Ian Stevenson dedicó gran parte de su vida al estudio de la reencarnación compilado lo que cree es un fundamento científico para explicar y comprobar este fenómeno. Durante más de 40 años Stevenson estudió más de 3 mil casos de niños que parecían recordar experiencias de otras vidas, documentando lo que decían y cotejando datos con las vidas de las personas que decían haber sido.

                                                                         Paula♥♥

CUATRO GEMELOS NACIDOS A LA VEZ

Cuatro bebés, cuatro, nacidos de un solo embarazo. Uno de cada 800.000 nacimientos puede ser cuádruple como este que ha ocurrido en una clínica de Turín (Italia), hace pocos días.
"Cuando nos conocimos mi marido y yo, siempre quisimos ser padres de una familia numerosa", dijo la feliz madre a los medios. Y es que ellos ya eran padres de tres, y ahora han llegado ¡cuatro más!

Una familia muy numerosa de golpe.

Un embarazo así está repleto de contratiempos, sustos y desvelos. En su caso, no se trataba de un tratamiento de fertilidad, puesto que la madre, Rosario, ya había dado a luz a tres hijos, Ethan, Aida y Dilan, que tienen ahora 7, 5 y 3 años. Al parecer, durante una de las primeras ecografías, el doctor les avisó de que se podían distinguir tres bolsas, y que en una de ellas parecía haber dos embriones. Massimo, el marido, declaró entonces: "Mi mujer me miró con cara de horror".
[Relacionado: El hombre de los setenta hijos]

Pero, donde otras parejas habrían tomado decisiones más drásticas, a ellos solo se les planteó la idea de seguir adelante. Rosario Curtese, de 30 años, y su pareja (de 39) dicen que, aunque con miedo, decidieron intentarlo.
A medida que se iba acercando el momento, la expectación crecía. A decir de uno de los doctores que atendían el embarazo, si los cuatro bebés eran capaces de salir de manera natural, eso hubiera sido un evento extraordinario. No ha podido ser así, nacieron de manera prematura, por cesárea, que se hacía imprescindible para asegurar las posibilidades de pervivencia.
Han sido tres niñas y un niño, a los que han puesto de nombres Tracy, Alyssa, Faith y Axel. Nacidos en la semana treinta, los doctores consideran el caso asombroso. A pesar de haber llegado al mundo con escaso peso -lo contrario era difícil, al ser limitado el espacio del vientre materno- están respirando con normalidad y estabilizando sus pequeñas vidas.
Estos cuatro pequeños se suman a los tres niños que ya tenía el matrimonio y la pareja italiana está que no cabe en sí de contenta. Lo único que empaña su felicidad es que la empresa en la que trabajaba Massimo como electricista, ha debido cerrar hace pocas semanas.
Ojalá que esta valiente familia turinesa, madre, padre y siete pequeños, consiga salir adelante con felicidad y salud.